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Urano conjunción Zenit

jueves, 13 de noviembre de 2008

ella con la Luna/Aries

¡Tiembla la medianera!

Ay, Flaubert, te amo te adoro como la vaca al toro, porque mil veces en mi vida hice la de Madame Bovary: golpear mi frente contra el ventanal y sollozar:
- ¿Por qué me casé, Dios mío? ¿Por qué?
Desde que el péndulo volvió, gimo angustiosamente:
- ¡¿Por qué me separé, Dios mío ¿¡Por qué..?!
Es que entre una pregunta y otra, existió un supermercado. Al grito de: “¡No ves que nunca me escuchás!” y “¡No sé para qué mierda te hablo!” , él y yo nos mostrábamos los dientes, mientras yo ponía en el changuito cien pomos de champú para una semana. Ya sé que son cien pomos, pero...¿No es cierto que mujer precavida vale por dos..?
Salimos del super bajo la consigna del “corta mano, corta fierro, cuando te mueras te vas al infierno” y liquidamos el matrimonio. (pero no le di los cincuenta pomos que le hubieran correspondido porque a perra no me iba a ganar).
Y ¡Voilá!..libre, libre como el viento y para comprarme todos los pomos de champú que quisiera. Pero la rutina hogareña es exquisita en detalles que se apelotonan y a una la llevan a declarar:
- I am emputecida de la vida...
¿Y por qué? Por que una se siente exactamente así cuando le pasa lo que me pasó a mí un domingo. Esa noche hice la típica de una separada: bañera con sales y después pijama de seda rosada. Esperé que me llamara alguna de mis amigas para salir y como no me llamó ni el loro, me ataqué con música. De pronto levanté la mirada y la ví meneándose en el cielorraso al compás de Miles Davis... Debió de ser una reina de belleza en su mundo, las patas largas de un intenso negro, una presencia delicadamente vacilante, alerta. Sus antenas reverenciaban mi respiración.
Igualmente la maté.
Empuñando el escobillón, asesté un golpazo al techo y la cucaracha pasó a mejor vida . Solo que el cadáver de la turra cayó sobre la alfombra con lápida y todo: yeso, cal, ladrillos...
Plata no había pero recursos sí. Llamé a un moreno para que me hiciera un presupuesto:
- Y...a ver, son como 9 metros ende aquí hasta aquí...y, eeeh...hay que picar ¿Vió eso amarillo? Es humedá...eeeh,
Y ahí ande se ven las vigas hay que dar un lijazo a lo que
está oxidado...y antes hay que meter antióxido antes de...
meter la mezcla...
- bueno, dígame lo que tengo que comprar...
- enduído, cemento rápido, fijador y pintura...
- ...así que hay que esperar unos días y mandar el antióxido en la viga- dije tomando mentalmente cuenta de la receta.
- Claro...y después se enrrellenan los vacíos con el cemento,
después que tira un rato, se pasa cemento de nuevo y con la llana se empareja y queda todo lisito...
- ay, qué laburo. Bueno, dentro de unos días lo llamo.
- Denserio, le va a quedar muy bueno...
Semana después de tan brillante coloquio, me hallé arriba de la escalera, mirando al vacío, y mutando a Macho Paredes. Ahí sí que de vez en cuando pensaba “ay, dios mío, por qué me separé?”,
porque mi ex no era ningún Tara Service pero por lo menos podría haberme sostenido la escalera y evitar que me apunara.
Cuestión fue que me entusiasmé y pasé de los fideos, el champú, y la lencería, a comprar un taladro, mechas, y hasta veinte kilos de brea para las juntas...
Con una piqueta de albañil empecé a darle a las paredes de mi terraza, donde sentía flojito, pum, un mazazo. En uno de esos picotazos, se cayó un poquito del revoque. Siguiendo mi obsesión le seguí dando porque lo notaba cada vez más flojo...
Finalmente al rayo del sol, tuve que hacer un seminario de Revoque General y Revoque General II.
Oh, oh, no me alcanzó, así que al borde de la insolación hice un cursillo que bauticé Instrumentación sobre Revoques Raros (con las técnicas: “puta pared de mierda” y “quién carajo me mandó”) y me jugué a preparar la mezcla. En el paquete del cemento rápido, las instrucciones decían “poner ½ litro de agua por cada kilo de material” así lo hice pero me llamó la atención notar que el menjunje no era espeso sino del tipo de una salsa bechamel algo chirle.
Como había comprado la cuchara de albañil para esta memorable ocasión, practiqué para que el líquido gris no se me resbalara por los costados. Hice puntería y tiré la salsa bechamel contra la pared tal como había visto hacer a mil morenos...pero solamente logré que mis preciosas botitas de gamuza quedaran manchadas de cemento y la pared quedara babeando...
llorando
en gris...(título lindo para un blues. Igual lloré de odio). La pared me quedó tan chorreada que me dije “asi no va” y tiré el resto de la mezcla en la pileta mientras gimoteaba“¿Por qué me separé, Dios mío? ¿me querés explicar por qué..? ¡Se necesita un hombre en la vida de una..! ¡¿Dónde hay un hombre para mí, un hombre..?!
Había, sí, sí, sí, sí... había más de uno para mí, porque el divino cielo me escuchó y al otro día aparecieron tres talibanes con la mirada extraviada: el portero, mi vecino de abajo y el plomero.
Esteee...Pagué a precio de oro el temita este del cemento instantáneo, pobrecito, se había endurecido en la cañería y se tapó toda, todita, y produjo un terrible despelote en el edificio. Hubo que romper todo hasta la medianera.
Ay, Flaubert ...¡Qué mala es la vida con una mujer separada, con una pobre mujer sola, indefensa en el mundo que... ¡¿ni la medianera la respeta..?!

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Mujer Divina

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Buenos Aires - Parque Chas, Argentina
astróloga, escritora, pintora, cheff, ama de casa, etc. etc, y todo lo que puede ser una mujer alienada.