luna en Cancer
Al atardecer me sentía sola, muy. Pero después de unas horas en silencio, comenzó una suave mutación intermitente de mi realidad y mi holograma personal cambió. Es algo que provoco a voluntad, y por esa merced nunca necesité drogas ni alcohol, ni siquiera mente. Al menos, la mente de siempre. Por lo tanto ya estoy en condiciones de hacerme un cafecito y escuchar música del tipo Buddha Bar para irdiluyéndome en mis vidas paralelas, como errantes veleros que cortejan mi conciencia. En alguna copia de mi persona, estoy a orillas del mar, contemplando Atlántida otra vez…
No hay comentarios:
Publicar un comentario