Pudriéndome suavemente con tu canción.(II)

Yo estaba en la esquina esperando un taxi a la salida del gimnasio cuando alguien me tira del bolsito, me doy vuelta y era el instructor de aerolatino.
- ¿Asi que vos leés la carta natal?...me lo contó Gaby.
- Si, é vero.
- ¿Y cuándo me vas a leer la mía?
- ay, no sé, cuando vos quieras, pero me tenés que pedir un turno.
- ¿Cómo un turno?...¡No me digas que me vas a cobrar también!
Puse cara de sorpresa, con los ojos como el dos de oro y boquita en “o”…
- ¿Qué? ¿Vos trabajás gratis?
- eh, pero, bueno, es distinto…
- en qué es distinto?
- Bueno, yo estudié, me mato especializándome para darles a ustedes
las mejores coreos, y lo de astrología es medio curro, no?
(Ahí me empezó a bajar mi parte de Aries.Yo brazos en jarra y con una cimitarra entre los dientes)
- Sabés, acabo de darme cuenta de cuál es la diferencia entre tu trabajo
y el mío.
- cuál? (con su sonrisita pisciana)
- en que vos trabajás moviendo el culo, y yo, moviendo la cabeza.
La sonrisita se transformó en seriedad taurina.Fin de la discusión.

N. de la R.: Obsérvese en respuesta de la que suscribe, la acidez característica de la onda capricorniana. Seca, cortante, serrucho de estalactitas...